“Perfecta es la amistad de los buenos y semejantes en virtud, pues éstos se desean mutuamente el bien por igual, y son buenos por sí mismos.”
Ya he comentado otras veces la importancia que tiene la amistad. Seguramente tú también te has dado cuenta de que tienes una relación diferente con cada uno de tus amigos.
Siendo algo tan importante en nuestras vidas, pocas veces nos paramos a pensar en ella. Parece que lo común es dejarlo todo en manos del destino y confiar en el azar para tener amistades satisfactorias.
¿Cuánto tiempo has pasado pensando sobre la amistad, qué es, cómo se forma? ¿De quién deberías hacerte amigo, y con quién no deberías crear amistad? Parece que la gran mayoría de personas nunca han pensado sobre ello. La amistad ocurre o no ocurre; tenemos algunas personas que son nuestros amigos, y muchas más personas que no lo son. La amistad sucede algunas veces, y no otras veces.
Pero si te paras a pensarlo, la amistad es muy importante — una de las cosas más importantes en la vida son las personas con las que decidimos pasarla. Y aun así, la mayoría de gente no se ha parado a pensarlo demasiado. ¿No es preocupante?
En este artículo analizo la visión de Aristóteles sobre los tres tipos de amistad. Hace 24 siglos (¡!) ya se preocupaba por estas cosas. La amistad es tan antigua como la humanidad. En su tratado “Ética Nicomáquea” distingue tres tipos de relaciones que podemos considerar como amistad: aquellas basadas en el placer, aquellas basadas en ventajas o la conveniencia, y aquellas basadas en la virtud.
Amistades basadas en el placer
Según Aristóteles, esta es la más común entre las personas jóvenes.
“… la amistad de la gente joven parece que apunta al placer; ya que viven dominados por la emoción, y por encima de todo persiguen aquello que es placentero; pero a medida que crecen, los placeres se convierten en diferentes. Esta es la razón por la que hacen y deshacen amistades rápidamente; su amistad cambia con el objetivo de ser placentera, y este placer se altera rápido”.
En este tipo de amistad, todo se basa en ser entretenido, interesante, ingenioso, agradable, placentero. Estar al lado de la persona es divertido.
Pero no es un tipo de amistad que dure. Tan pronto como nuestros gustos o intereses cambian, la fundación en la que se basa este tipo de amistad es destruida.
Como es evidente, una amistad basada en el consumo de cierto tipo de entretenimiento, comida, música o actividad no es duradera cuando el interés de uno de los amigos varía.
Amistades basadas en la conveniencia
Aristóteles dice que la amistad basada en el placer es la más común a las personas jóvenes, mientras que aquella basada en la conveniencia es más característica de personas mayores.
Toma por ejemplo a los compañeros del trabajo. Es probable que hagan actividades juntos después del trabajo, o que hablen mucho en el día a día en la oficina. Es ventajoso hacerlo en la mayoría de circunstancias, así que ocurre.
Pero esto también es frágil.
“Ahora lo útil no es permanente pero siempre está cambiando. Entonces cuando el motivo de la amistad se acaba, la amistad se disuelve, tan rápido como existía solo por las ventajas que proveía.”
Cuando una persona cambia de puesto de trabajo o se jubila, en general pierde el contacto con sus antiguos compañeros. Es totalmente posible que esta amistad creciera hacia un sitio más profundo, pero lo más probable es que no lo haga.
Estos dos tipos de amistades son las más comunes. Es normal tener muchas amistades que pertenezcan a uno de estos dos grupos. Pero Aristóteles plantea un tercer tipo de amistad.
Amistades basadas en la virtud
“La amistad perfecta es la amistad de hombres que son buenos, y parecidos en virtud; ya que estos desean el bien al otro, y ellos mismos son buenos. Ahora aquellos que desean el bien a sus amigos sin esperar nada a cambio son verdaderamente buenos amigos; porque hacen esto a causa de su propia naturaleza y no casualmente; por ello la amistad dura tanto como ellos sigan siendo buenos — y la bondad es una cualidad duradera”.
Aquí está la amistad que todos deberíamos buscar. A pesar de que la palabra virtud está un poco desfasada hoy en día, podemos entender este tipo de amistad como “auténtica admiración mutua”.
El problema es… ¿cómo desarrollar esta admiración mutua?
Según Aristóteles, debemos pasar por momentos duros juntos, porque ahí es cuando de verdad se revela el auténtico carácter de una persona.
Esto contrasta con la idea intuitiva que tenemos de amistad. Buscamos pasar buenos ratos con nuestros amigos, y esto es también necesario. Pero para desarrollar este tipo de amistad, basada en la virtud, es imprescindible “comer sal juntos”.
Piénsalo. Seguro que has vivido una experiencia complicada junto a otra persona. Desde entonces, tenéis algo en común más profundo que una serie de experiencias placenteras para recordar.
Como dice Aristóteles:
“Pero es lógico que tales amistades sean escasas, pues los hombres de esa índole son pocos. Además se necesita tiempo e intimidad pues, según el proverbio, «no es posible conocerse uno a otro antes de consumir juntos la cantidad señalada de sal»; tampoco es posible aceptarse ni ser amigos antes de que cada uno le parezca objeto de afecto al otro y confíe en él. Los que se dan signos de amistad recíproca desean ser amigos, pero no lo son si no son objeto de afecto, y, además, lo saben. Pues el deseo de amistad puede surgir rápido, pero la amistad no.
Conclusiones
Espero que este artículo te ayude a pensar en las amistades de tu vida. ¿De qué tipo son? ¿Tienes alguna del tercer tipo? Si no es así, ¿por qué?
Para Séneca, la única amistad real es la tercera.
“Aquel que comienza a ser tu amigo porque le compensa también dejará de hacerlo porque le compensa. Un hombre se verá atraído por alguna recompensa ofrecida a cambio de esta amistad, si es atraído por otra cosa a la amistad en vez de la amistad en sí misma. ¿Para qué propósito, pues, hago a un hombre mi amigo? Para tener a alguien por quien morir, a quien seguir al exilio, contra quien su propia muerte pondría la mía, y prestaría juramento. La amistad de la que tu hablas es una ganga y no amistad; solo habla de la conveniencia, y mira a los resultados.”