Hoy quería compartir una historia y una reflexión.
Te presento al burro. El burro tiene sed y hambre a parte iguales. Por suerte, se encuentra entre dos cubos: uno de comida y otro de agua. Sin embargo, el burro no sabe qué debe hacer primero: comer o beber. Al fin y al cabo tiene tanto sed como hambre. Sin ser capaz de decidirse, el burro muere de inanición y deshidratación entre medias de los dos cubos.
Pobre burro. No se dio cuenta de que podía ir a por el agua y tenía todo el tiempo del mundo para ir a por la comida, o viceversa. Daba igual. No tenía que elegir uno u otro, solo el orden.
Aunque parece una historia bastante estúpida, a veces nosotros actuamos igual. Estamos entre dos opciones y no nos atrevemos a decidir ninguna. Como consecuencia al final nos quedamos sin nada. No nos damos cuenta de que podríamos haber elegido una, experimentar con ella y luego pasarnos a la otra si no nos convencía.
Hay múltiples ejemplos. Desde diferentes programas de ejercicio, hasta diferentes dietas, instrumentos para tocar, proyectos para experimentar, habilidades que aprender, trabajos, rutas de senderismo o deportes.
A veces simplemente hay que elegir el orden.