En el mundo actual, mantener la atención se está convirtiendo en una tarea complicada. En este post descubrirás por qué esto es un problema y cómo tomar medidas para solucionarlo.
Likes en Instagram, mensaje de Whatsapp, correo urgente, noticia de última hora, vídeo en Youtube, notificación de Facebook… ¿Te sientes identificado?
Hace un tiempo sentía que mi vida era así. Todo el día saltando de notificación en notificación, atento a todo lo que sucedía. Me costaba concentrarme y sentía que los días pasaban pegado a la pantalla del móvil. No he conseguido evitarlo al 100%, (¡ojalá!) pero he mejorado. En este post te cuento las técnicas que me han ayudado. No son infalibles, ni todas las que hay, pero aquellas que te parezcan interesantes puedes incorporarlas a tu sistema diario y analizar sus resultados.
Este artículo pertenece a las serie hacks de vida porque la capacidad de mantener la atención es una habilidad imprescindible, y cada vez más complicada. ¿Por qué?
La atención, tu atención, es el producto que más se vende y compra por Internet. Aunque pueda parecer que la mayoría de los servicios que utilizas son gratis, no es así. Todos tienen un precio: tu atención (tus datos también, pero esa ya es otra historia).Si desde todas direcciones están tirando de nosotros intentando conseguirla, va a ser complicado resistirse.
El método para que sigamos gastando nuestra atención y tiempo en estos servicios es proporcionar estímulos nuevos de intensidad variable. Cuando oyes el sonido de una notificación, subes una foto a Instagram o deslizas sin fin por el muro de Facebook, no sabes la recompensa que vas a encontrarte. Esto crea «chutes» de dopamina a los que el cerebro se vuelve adicto.
Esto me empezó a preocupar hace un tiempo cuando me di cuenta de que me costaba mucho leer un libro sin consultar el móvil cada poco tiempo. Necesitaba comprobar las notificaciones. Hace mucho tiempo podía pasar horas y horas leyendo, pero por aquel entonces era incapaz. Mi atención se estaba convirtiendo en la de un mosquito. Ahora estoy en un punto intermedio. Cada vez tengo más atención, pero a veces me distraigo y acabo consultando Internet.
El problema
Aunque parezca que no tiene demasiada importancia distraerse de vez en cuando, si lo es. Para empezar, el coste de variar entre tareas diferentes es enorme para tu cerebro. Una vez cambias el objetivo de tu atención, necesitas un tiempo para volver a estar concentrado en lo que estabas haciendo antes.
Como consecuencia, completar una tarea sencilla te va a llevar más tiempo si eres incapaz de mantenerte concentrado. Y las complicadas, ¡te será imposible hacerlas! Si entrenas tu cerebro para buscar una distracción cada vez que algo se pone difícil, no conseguirás completar nada que vaya a crear un impacto profundo en tu vida.
Además, distraerte impedirá que entre en estado de flow. Un requisito indispensable para ello es mantener la atención un tiempo.
El problema no es solo que consultes el móvil de vez en cuando y pierdas un rato navegando por Internet. El verdadero problema es que cada vez que lo haces tu cerebro se acostumbra a hacerlo, y cada vez va a ser más difícil resistirse. Si en 500 ocasiones, cuando te enfrentas a algo difícil, te distraes un rato, a la 501 te será muy difícil no hacerlo.
Escasez de atención… y soluciones
Como ser capaz de prestar atención es un bien escaso, va a ser más y más valorado en el siglo XXI. Los trabajos mecánicos, que no requieran trabajar el coco, serán hechos por máquinas.
Por suerte, hay soluciones. Aquí te presentaré las que más me han servido a mí. Va a haber dos tipos:
- Por un lado, los básicos. Estas acciones son muy sencillas y fáciles de realizar. Llevándolas a cabo notarás una importante mejoría sin hacer demasiado esfuerzo. ¡Tendrías que estar loco para no hacerlos!
- Por otro lado, habrá técnicas más avanzadas. Es importante que hagas primero los básicos antes de ponerte con estas.
Como siempre, aquí te presento las cosas que a mí me han funcionado. Esto quiere decir que, por ejemplo, voy a hacer mucho hincapié en el uso del móvil, porque esto es lo que a mí me quita más concentración. No quiere decir que tú tengas que hacerlo igual. Muchas técnicas podrás adaptarlas a tus circunstancias.
La mayoría de medidas están orientadas a modificar tu entorno. Cada vez creo menos en la fuerza de voluntad, y creo que conseguir lo que quieres pasa por hacerlo inevitable cambiando tu alrededor.
Los básicos.
Elige los que más te sorprendan, y experimenta con ellos. ¡Notarás resultados!
- Quitar el sonido de las notificaciones. Si tu móvil está dando un concierto de zumbidos y sonidos, en el momento que suene una notificación tendrás el impulso de leer a ver qué ha sucedido.
- Cambiar de habitación toda distracción. Cuando aparezca la necesidad de distraerse, en vez de tener que resistirte, te dará pereza, y en consecuencia lo harás menos.
- Utiliza la técnica pomodoro. Si al principio te resulta difícil aguantar los 25 minutos sin distracciones, empieza con 10 o 15 y ve aumentando.
- Esperar media hora por la mañana para conectarse. No mires Internet después de que suene la alarma. Aprovecha el momento y desconecta. Espera como mínimo media hora mientras haces otras tareas. Vestirse, hacer café o ver el amanecer se sienten diferentes si no estás conectado. Las «urgencias» pueden esperar.
- Prueba a desinstalar los juegos del móvil. Se perderá tu progreso, sí, pero a la semana te habrás olvidado de todos. Solo los echarás de menos en momentos de aburrimiento, y aburrirse es bueno.
- Desinstala alguna app de red social que uses. Esto no quiere decir que no puedas conectarte nunca más, sino que cuando quieras hacerlo, tendrás que volver a descargar la app para ello. Cuando acabes, desinstálala otra vez para evitar meterte sin darte cuenta y perder más tiempo. Esto sigue el mismo principio que cambiar las distracciones de habitación: aprovechar tu pereza y retrasar la gratificación.
- De vez en cuando, prueba a salir de casa sin el móvil. Por ejemplo, a hacer la compra o dar un paseo. Puede sonar a tontería, pero si no lo has hecho nunca te sentirás raro.
Aunque estos básicos modifican tu entorno, no puedo dejar de mencionar algo aún más importante que tu entorno: tú. Tu bienestar físico es mucho más importante de lo que puede parecer y por eso hay que cuidar de los aspectos más importantes: alimentación, sueño y ejercicio.
Parece absurda la cantidad de beneficios que tiene cuidar estos tres aspectos. No las notarás hasta que empieces de verdad a cuidar de ellos. Por supuesto, también mejoran tu atención.
Por un lado, si no duermes tu cerebro no va a poder funcionar con normalidad. Una de las consecuencias es que aunque tengas la sensación de que a pesar de que has dormido poco puedes concentrarte igual es una ilusión. Cuando no duermes lo suficiente, te distraes con gran facilidad.
Igual pasa con la comida. Si comes porquerías tu cerebro no va a poder concentrarse. Especialmente importante es el desayuno. Si en este tomas azúcar, tu mañana será una niebla constante en tu cabeza.
Por último, tengo que mencionar el café. Me supone una gran incógnita. Por un lado, parece demostrado que aumenta la concentración. Por otro, no me convence los bajones que provoca después y la dependencia que se genera de la cafeína. Personalmente, no lo tomo pero experimentaré con él en el futuro.
Hasta aquí llegan las acciones básicas. Una vez las conviertas en parte de tu rutina diaria, pasa al siguiente nivel.
Nivel avanzado
Hay muchas más cosas que se pueden hacer para mejorar la atención. Aquí están algunas de ellas:
- Elimina todas las notificaciones. Si en los básicos he sugerido que quitaras todos los sonidos y zumbidos, ahora te recomiendo que no permitas que las aplicaciones te muestren notificaciones. De esta manera cuando consultes el móvil “para consultar si hay algo nuevo”, no encontrarás nada.
- Desinstala las aplicaciones de redes sociales (excepto whatsapp) y bloquea su URL en el ordenador. Instagram, Facebook, Twitter y Facebook tienen scroll infinito, puedes estar horas cada día viendo actualizaciones. Para evitar esto, instálalas cuando necesites usarlas y elimínalas después hasta el siguiente uso.
- Compite contra ti mismo. Cuando vayas a realizar una actividad que requiera tu concentración, pon un cronómetro en marcha. En el momento que te distraigas más de 10 segundos, tienes que volver a empezar. Intenta batir tu récord.
- Medita. Está demostrado (1, 2) que la meditación aumenta la concentración en 5 días empleando 20 minutos cada día. Pruébala.
- Apaga el router cuando necesites concentración. Si no hay posibilidad de conectarse, no lo harás.
- Lee libros complejos, no thrillers o pop psychology. Es relativamente fácil mantener la concentración si solo lees thrillers que te mantienen pegado al libro. En cambio, novelas como «Zorba the Greek» o «Antifrágil» de Nassim Taleb no son tan absorbentes y suponen un mayor reto para el cerebro, sobre todo comparado con el estímulo de Internet.
Conclusiones
La atención es cada vez una habilidad más importante y a la vez más difícil. Departamentos enteros de ciertas empresas están dedicados a hacerte pasar más tiempo en sus productos, aprovechándose de nuestro cerebro paleolítico. Por suerte, no estamos totalmente a su merced. Tenemos herramientas para combatirlos. Es una batalla constante pero hay esperanza.
Lo que aquí te presento son técnicas sueltas pero que pasan a formar parte de tu sistema. En palabras del gran Bruce Lee
Absorbe lo que es útil, descarta lo que no lo es. Agrega lo que es únicamente tuyo.
Para conseguir cualquier cosa que merezca la pena, hace falta concentración. No va a aparecer de la nada, hay que cultivarla poco a poco, tomando un papel activo. Espero que este artículo te ayude a ello.