En España llevamos más de un mes encerrados en casa por la situación que estamos viviendo. Es probable que si vives en cualquier otra parte del mundo también estés pasando por algo similar. En este artículo quería compartir mis reflexiones sobre este periodo.
El pastor y el lobo
De ninguna manera me podía imaginar la crisis en la que nos vemos y veremos envueltos. La razón para entenderlo creo que viene de la siguiente historia.
“Había un joven pastor que estaba aburrido con su trabajo. Un día, se le ocurrió gritar que venía el lobo y contempló divertido todos los pastores corriendo a ayudarle. Tanto se divirtió que lo volvió a hacer una y otra y otra vez, hasta que un día, los pastores, cansados, no acudieron a su aviso.
Por fin, llegó el día en el que el lobo llegó de verdad. Por más que nuestro joven pastor se desgañitó pidiendo ayuda, nadie acudió a socorrerlo. El lobo se comió todas sus ovejas.”
¿Qué relación tiene esto con nuestra situación? Las noticias.
Durante años, las noticias han avisado de catástrofes terribles, en sus intentos de captar nuestra atención. ¡Ébola! ¡Donald Trump! ¡Extrema derecha! ¡Extrema izquierda! ¡Atentados! ¡Tercera Guerra Mundial! ¡Brexit!
Con el paso del tiempo, me acostumbré a ignorarlo todo. Al final, mis acciones no se veían influidas, la vida seguía su curso y desarrollé el hábito no sólo de no ver las noticias, sino también de ignorarlas.
Por eso, cuando escuché por primera vez sobre el virus por boca de un amigo, lo descarté como algo sin importancia, hasta pocos días antes de que declararan la cuarentena en España, cuando ya había muchas voces alarmantes.
Y hasta hoy. España es uno de los países que más ha sufrido la pandemia, y muy probablemente la crisis que vendrá después.
Crisis = cambios
Aparte de los efectos más conocidos de las crisis, uno de los más potentes suele ser ignorado: los cambios. Cuanto más grande la crisis, más grandes los cambios.
«Lo única constante es el cambio»
Heráclito.
Muchos de estos cambios serán impredecibles, auténticos cisnes negros.
Mi cambio inesperado favorito (que veo muy poco probable) sería una evolución en el foco de nuestros sistemas sanitarios. En vez de centrarse en dedicar la inmensa mayoría de nuestros recursos a curar enfermedades crónicas (diabetes, obesidad), dedicarlos a prevenirlas.
En el caso de esta pandemia, es algo evidente que los países que la previnieron (como Grecia, 113 fallecidos) están en mejor situación que aquellos (como España, 21.238 fallecidos) que tardaron en reaccionar.
Pero no solo las crisis crean cambios: también aceleran tendencias que se venían produciendo desde hacía tiempo. Y estas son más fáciles de ver. El trabajo en remoto o la educación virtual son los más evidentes.
¿Y qué generan los cambios? Oportunidades
Cambios = oportunidades
«Un hombre sabio fabricará más oportunidades de las que encuentra»
Francis Bacon.
Cuando se produce un cambio, las personas tardamos en adaptar nuestro comportamiento a la nueva situación. Nos aferramos a aquello que nos funcionó en el pasado.
Por eso, si se producen cambios rápidos, los más rápidos en cambiar su manera de actuar serán los que aprovechen las oportunidades creadas, mientras todos los demás siguen actuando de la misma manera.
En el artículo de la próxima semana, en el que llevo varias semanas trabajando, pondré numerosos ejemplos de este tipo.
¿Cuáles serán esas oportunidades? No tengo ni idea. Pero estaré con los ojos bien abiertos para cazarlas cuando llegue el momento.
Optimismo
En estas últimas dos semanas he estado bastante abatido, con pocas ganas de hacer cosas.
Sin duda, me han afectado los días monótonos, no salir a la calle y el limitado contacto social a mis padres y mi hermano. He dejado de hacer la mayoría de cosas (excepto cuidar mi salud y leer) que comentaba en mi anterior artículo de qué hacer en una cuarentena.
Pero también creo que una causa de mi apatía ha sido seguir las noticias. Como todo esto parece un tema importante me he dado permiso a mí mismo para hacerlo, especialmente en redes sociales.
¡Nefasta decisión! Sí, me he informado lo suficiente para saber que somos de los países más afectados por la pandemia, que nos vamos a enfrentar a una crisis brutal, y que la gestión de la crisis por mi Gobierno ha sido muy mala.
No voy a entrar en el tema, porque esto no es un blog de política. Pero a corto-medio plazo, la situación parece que va a ser mala.
Tanto alarmismo me ha hecho preocuparme por lo mal que está la situación y lo poco que puedo hacer para cambiarla (olvidando así los principios del estoicismo).
Pero he olvidado lo más importante: saldremos de esta. Los humanos nos hemos enfrentado a situaciones infinitamente peores, con muchos menos recursos.
La peste negra, que mató a un tercio de la población de Europa. O la Primera Guerra Mundial (20 millones de muertos) y la Segunda (70 millones), que además dejaron el mundo devastado. La (mal llamada) gripe española (50 millones).
En unos años miraremos hacia estos días como un capítulo más de nuestra historia. Y… ¿quién sabe? Quizás acabe siendo buena suerte, si nos enseña a protegernos y nos previene de una pandemia mucho más terrible.