Como sociedad, nos preocupamos mucho por el éxito. Programas, cursos sobre cómo conseguirlo. Pero quizás primer deberíamos preocuparnos por pensar en qué es el éxito.
Se nos vende que el éxito sigue un modelo estándar. Alguna versión de ir a la Universidad, sacar buenas notas, encontrar un trabajo y jubilarse a los 65. Si además consigues amasar una enorme fortuna, mejor que mejor. Puedes considerarte «exitoso».
Dejando de lado los numerosos problemas de esta definición, sobre todo si conoces un poco de psicología humana, nos centraremos en el problema más importante: implica que el éxito es algo externo, y que para alcanzarlo necesitas conseguir posesiones materiales/ estatus/ poder. Además, implica que es un destino al que se puede llegar, no algo a lo que podemos aspirar cada día.
Quizás deberíamos preocuparnos primero por definir el éxito, antes de lanzarnos como locos a por algo que no deseamos. Imagina que consigues ser «exitoso» para luego darte cuenta de que no es lo que querías. En este artículo propongo una definición de éxito que me parece interesante. ¿Conseguiré convencerte?
La definición de éxito
Sobre esto hay muchas opiniones. Desde la más común de conseguir mucho dinero hasta otras variadas como “ser feliz”, o tener una pareja atractiva, o ser nómada digital. Pero, para mí, la mejor que he oído hasta el momento, y a la que estoy encaminando mi vida, es la que tiene Derek Sivers. Esta la compartió en el podcast de Tim Ferris, en una entrevista hace unos años.
Por si no le conoces, recomendé el blog de Sivers en un artículo sobre los blogs en inglés que no te puedes perder. Es un músico que accidentalmente creó una compañía, CD Baby, que después vendió por 22 millones. Visto así, parece que alcanzó el éxito, ¿verdad?
Pero Derek es mucho más que eso. Consiguió vivir de ser músico, algo complicado. Escribe en su blog interesantes reflexiones. Se dedica a educar a su hijo. Aprender, colaborar, meditar y disfrutar de la naturaleza.
Como ves, podría haberse ceñido al “éxito” que consiguió con su compañía y haber fundado más, o convertido en inversor, u otro tipo de cosas que la sociedad consideraría como exitosas. Pero no hizo nada de eso. Se retiró a una vida tranquila, alejada de los focos y a hacer lo que le gustaba.
Quizás esto nos ayude a comprender mejor por dónde va su definición.
Para Sivers, el éxito es tan simple como conseguir dos cosas:
- Dominar tu mente, tus emociones y tus acciones. O en inglés: Mastering your mind, your emotions and your actions.
- Ayudar a muchas personas. De nada sirve alcanzar el éxito internamente si no dejamos el mundo mejor de cómo está. Por eso, la segunda parte de éxito es ayudar a personas. Cuantas más personas mejor, siempre y cuando la parte 1# esté cubierta.
Parece sencillo, ¿verdad? La realidad es que conseguir estas dos cosas no es para nada fácil. Pero lo que más me gusta de ellas es que están dentro de mi círculo de control, como recomiendan los estoicos.
Mejor aún, es algo a lo que puedes aspirar día tras día, haciendo pequeños progresos. Siempre vas a poder seguir mejorando, pues no es un destino al que se pueda llegar. Es «el camino».
Si estas dos partes suenan demasiado abstractas, Derek sugiere cuatro habilidades que nos ayudarán en esta tarea. Dominarlas nos permitirá acercarnos automáticamente al éxito. Estas son:
- Controlar tu estado de ánimo y tus reacciones emocionales
- Saber qué quiere la gente en general y tú en particular.
- Habilidades interpersonales: ver las cosas desde el punto de vista de otra persona, y cómo comunicarse desde su punto de vista.
- Ser capaz de concentrarse, aprender, practicar y aplicar lo aprendido.
Por supuesto, son habilidades complicadas. No te vas a levantar un día y ser capaz de hacerlas todas. Pero, una vez más, dependen totalmente de ti. Son un medio para alcanzar el éxito, pero no cualquier éxito, sino el que te he presentado unos párrafos más arriba.
Y ahora, ¿qué?
Reflexiona sobre el éxito. Si nunca te paras a definirlo, pueden suceder dos cosas. La primera, que sin tener una definición clara, no sepas en qué dirección apuntar y estés perdido. La segunda, que es aún peor, es alcanzar aquello que crees que es el éxito… para luego darte cuenta de que no era lo que querías.
Mejor parar a conocerse a uno mismo, y ser sincero con lo que de verdad quieres. Tu definición no tiene por qué parecerse a la de este artículo, ¡para nada! Si tu objetivo de éxito es amasar una enorme fortuna para poder vivir en mansiones y tener un jet privado… perfecto, siempre y cuando eso sea lo que de verdad quieres.