Objetivo en la vida: ser feliz. ¿Te suena?
Sin duda. Es uno de los dogmas más extendidos de nuestra cultura. Ha pasado a formar parte de nuestra identidad. Es una idea que ni siquiera cuestionamos. Una idea de la que ya hablé cuando me preguntaba si vivíamos en una distopía.
El propósito de la vida se ha convertido en ser feliz. ¿Cómo alcanzar la felicidad? Una pregunta que está en todas partes… y totalmente errónea.
Empecemos por el principio.
¿Qué es la felicidad?
Mi definición favorita es la de Sebastian Marshall.
«Veo tanta obsesión con la felicidad. Es triste. ¿Felicidad? Es solo una serie de neurotransmisores en el cerebro. Serotonina, dopamina, oxitocina. ¿Y qué? ¿Tienes más neurotransmisores y eres feliz? ¿Cómo alguien podría pensar que este es el significado de la vida? ¿Es una broma?
Cuando leo sobre personas dedicando su vida entera a la felicidad, siento que estoy en una comedia de humor negro, y soy el único que no pilla el chiste.»
Imagina a gente de otras épocas. Por ejemplo, un samurái.
¿Crees que entendería tu idea de felicidad? Sus valores supremos son el deber, la lealtad y el honor (algo sin significado hoy en día). Si le hablas de felicidad e intentaras describirla y contarle lo que hay que hacer para alcanzarla pensaría que estás loco.
No quiero decir que la felicidad no importe. Por supuesto que importa. Pero no tanto como te quieren hacer creer.
La felicidad sí es importante
Sin unos niveles mínimos de felicidades es imposible hacer nada (véase: depresión). Exactamente igual que la comida.
Necesitas comida para poder vivir. Sin comida la vida es una mierda. Pero… ¿pondrías la comida como el objetivo en tu vida? No. Es solo algo necesario, pero no el objetivo.
Exactamente lo mismo que la felicidad. Necesitas un mínimo para poder funcionar. Si estás deprimido, difícilmente vas a poder llevar una vida normal. Si tu felicidad está por debajo de cierto umbral no podrás vivir tu vida.
A esto me refiero con que la felicidad es importante. Es necesaria, pero no el objetivo de la vida.
Con ciertos comportamientos básicos es suficiente.
Los básicos de la felicidad
Como todo el mundo, también tengo periodos de bajón, que me cuesta hacer cosas que quiero. Sin embargo, he comprobado que cuando cumplo los siguientes principios me encuentro bien:
- Salud. Tu cerebro vive en tu cuerpo. ¿Cómo te sentirías viviendo en una casa sucia y desordenada? Cuida de tu cuerpo y él cuidará de ti. Comida saludable, deporte intenso y sueño profundo son imprescindibles.
- Meditación. Ayuda a poner tus problemas en perspectiva, y restarles importancia.
- Salir al exterior. No estamos diseñados para vivir entre cuatro paredes. Aire, sol y naturaleza logran maravillas en tu estado de ánimo.
- Socializar. No estamos hechos para vivir solos. A pesar de ser introvertido por naturaleza, intento relacionarme porque sé lo positivo que es.
- Ignorar las noticias.
Quizás me olvide alguno. Quizá tú tengas algún otro. Lo importante es que te quedes con la idea. Con unos pocos comportamientos básicos se pueden conseguir unos niveles aceptables de felicidad.
Si la felicidad no es el objetivo de la vida ¿cuál es? La verdad es que no lo sé. Pero he descubierto algo mucho más interesante para guiar tus decisiones diarias cuando estés entre dos acciones.
Satisfacción
A diferencia de la felicidad, no se habla de la satisfacción como algo importante.
¿La causa?
La satisfacción no se vende. La felicidad sí.
Con un anuncio, puedo manipularte y hacerte creer que lo que vendo te hará feliz. Un coche, un móvil, un viaje, una crema, una película. Incluso puede que te engañes a ti mismo sin necesidad de anuncio.
Con la satisfacción no puedes engañarte. Solo hay una fuente de satisfacción: tu propio esfuerzo.
La única manera de obtener satisfacción REAL es esforzándote. Levantando más kilos en el gimnasio. Estudiando duro para un examen. Cultivando una verdadera amistad. Ducharte con agua fría. Ayunar. Crear.
No es casualidad que el estoicismo, una de mis filosofías favoritas promueva el esfuerzo.
Pero cada vez es más difícil esforzarse. Tenemos tendencia al camino fácil, por nuestro diseño como humanos. Hemos “evolucionado” tanto como sociedad que podemos permitirnos vivir sin apenas esfuerzo. Peor aún, hay empresas que ganan dinero si tú no te esfuerzas.
Te reto a que hagas la siguiente prueba.
Piensa en algo que requiera esfuerzo y hazlo con total dedicación durante una hora. Después observa y analiza cómo te sientes.
Ahora túmbate en el sofá y mira un capítulo en Netflix. Después observa y analiza cómo te sientes.
¿Notas la diferencia?