¿Alguna vez te has preguntado cómo ser capaz de disfrutar más de trabajar, aumentar la productividad, y que se te pase el tiempo volando? Todo esto es posible con el estado de flujo.
Un poco de historia
En el siglo pasado, el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi se propuso descubrir qué actividades causaban más felicidad. Para ello, diseñó un experimento en el que colocó a los participantes una pulsera. Esta sonaba en momentos aleatorios a lo largo del día, y los participantes tenían que registrar en un diario cómo se sentían y qué estaban haciendo.
Los resultados fueron sorprendentes. Lo lógico habría sido esperar que los sujetos estuvieran más felices cuando estaban haciendo cosas que consideramos deseables: ir de compras, tomarse algo o descansando.
Sin embargo, estos no fueron los resultados. Csíkszentmihályi observó que no importaba tanto qué estaban haciendo exactamente, sino que los momentos en los que se reportaba mayor felicidad eran aquellos en los que los participantes estaban trabajando en algo que supusiera un reto.
Este experimento demostró que la mayoría de gente se equivoca. La mayoría de gente asumía (y asume) que relajarse les hace felices. Queremos trabajar menos y pasar más tiempo en la hamaca.
Sin embargo, medido empíricamente, la gente era más feliz en el trabajo y menos feliz relajándose de lo que sospechaban.
Los mejores momentos ocurren cuando el cuerpo o la mente de una persona están extendidos al límite en un esfuerzo voluntario para lograr algo difícil.
Cuantas más experiencias de flujo ocurren en una semana determinada, más alta la satisfacción del sujeto con su vida. Los seres humanos, parece, somos mejores cuando estamos inmersos profundamente en algo que suponga un reto.
A partir de estos experimentos, Mihály desarrolló en 1975 su teoría del flujo, con gran aplicación en nuestra vida.
Pero… ¿qué es esto del flujo?
Es un estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta. Siente su energía enfocada, con total implicación en la tarea.
En este estado, se alcanza el máximo rendimiento cognitivo, mientras que el disfrute también es el máximo posible. La percepción del tiempo se distorsiona, y se olvidan necesidades básicas como comer o ir al baño. Según Csikszentmihalyi, los componentes de una experiencia de flujo son los siguientes:
- Equilibrio entre el nivel de habilidad y el desafío (la actividad no es ni demasiado fácil ni demasiado complicada). Este es el elemento más importante. Si el reto es demasiado fácil, te aburrirás. Si en cambio es demasiado difícil, te agobiarás y no podrás entrar en flujo.
- Objetivos claros. Sabes las normas que tienes que seguir y los objetivos que tienes que lograr.
- Concentración y enfoque, un alto grado de concentración en un limitado campo de atención. La multitarea impide el flujo, así como distracciones constantes.
- Retroalimentación. Éxitos y fallos son evidentes, así se puede ajustar el comportamiento.
De estos componentes se pueden deducir los dos enemigos del flujo: las distracciones y la multitarea. Ambas impiden mantener tu concentración enfocada a una sola tarea, y por lo tanto impiden que entres en “la zona”. Por eso es importante saber mantener la atención.
El mejor ejemplo
Estoy seguro de que ya has experimentado el flujo varias veces en tu vida, aunque no supieras decir qué era. Sobre todo si has jugado alguna vez a videojuegos.
Estos son el ejemplo por excelencia del estado de flujo. Si relees las características de la experiencia de flujo, verás que lo videojuegos las cumplen todas. ¿Por qué?
Muy simple. Los videojuegos están diseñados para que entres en flujo, así los disfrutarás lo máximo posible. Si cada vez que juegas entras en este estado, querrás volver a por más.
El problema es, por supuesto, que los videojuegos aportan poco a nuestra vida. Te hacen perder tiempo y no construyen nada valioso (a menos que te dediques a ello profesionalmente). Pero entonces, ¿cómo y cuándo entrar en flujo?
La solución definitiva
El secreto está en entrar en la zona para conseguir cosas valiosas mientras disfrutamos de ello. ¿No sería maravilloso si pudieras hacer aquello que te hace mejorar disfrutando al máximo? Pues bien, puedes. No solo vas a disfrutar, sino que además realizarás el mejor trabajo posible.
Para ello piensa en cómo puedes conseguir que esta tarea cumpla los requisitos del estado de flujo. No es sencillo pero el resultado merece la pena.
Es por esto que el estado de flujo es una herramienta poderosa ( y conocerla es un hack de vida). Si eres capaz de entrar a tu antojo en este estado conseguirás muchas cosas.
Por supuesto, no es tan fácil. Aunque conozcas las condiciones, muchas veces no serás capaz de entrar en este estado. No importa. Poco a poco te resultará más fácil.