La metodología kaizen es de gran ayuda para mejorar en cualquier ámbito de nuestra vida. Es simple pero a la vez efectiva, sobre todo a largo plazo.
Surgió en Japón, tras la Segunda Guerra Mundial. Gracias a él, consiguieron recuperar su puesto como potencia económica mundial en tiempo récord. ¿Cómo?. El método Kaizen es el proceso incremental de mejora continua. Aplicado al ámbito empresarial, significa mejorar continuamente los procesos de producción. Estas ligeras iteraciones se van acumulando, y tras muchas de ellas, las empresas japonesas se convirtieron en las mejores del mundo.
En cambio a nosotros nos interesa cómo aplicarlo a nosotros mismos. Cada día ser un poquito mejores. Introducir mejoras en nuestra manera de pensar, de actuar, de sentir, nuestros hábitos, sistemas, nuestros valores. No vamos a notar nada el primer día, ni el segundo, ni el tercero, no siquiera al tercer mes, pero… ¿qué pasará al cabo de 5 años?¿y de 25?.
Cómo aplicarlo
Solo se necesita una ligera modificación en nuestra manera de pensar. Todo lo que hagamos, en el día a día, preguntarnos ¿cómo puedo hacerlo mejor?. Apenas nos llevará esfuerzo, pero los resultados son increíbles. Otra de las maravillas de la metodología Kaizen es que aprovecha el crecimiento exponencial. Las mejoras se apoyan sobre todas las anteriores. Por ejemplo, si mejoras en cualquier cosa un 1% diario, al cabo de un año serás ¡casi 38 veces mejor! ((1,01)^365=37,78).
Veamos algunos ejemplos del kaizen , supongamos que quieres mejorar el ambiente donde estudias o trabajas en tus proyectos. Imagina que ahora mismo trabajas con la tele puesta, el móvil al lado, en una mesa demasiado pequeña, a una temperatura desagradable, con gente pasando a tu lado y escuchando coches por la ventana. Es cierto que es un ejemplo muy obvio, pero sirve para entender el concepto. Haces los cambios gradualmente. Un día decides apagar la tele a ver qué pasa. Notas un poco más de concentración. Al día siguiente cierras la ventana para no escuchar nada. Luego decides dejar el móvil en otra habitación, y así sucesivamente. No hay límite en cuánto puedes mejorar.
Incluso si necesitamos un cambio radical en nuestra vida, que hemos estado posponiendo por pereza para hacer grandes actuaciones, podemos usar el método Kaizen para mejorar poco a poco pequeños aspectos. Por supuesto no es lo óptimo, pero si es mejor que no hacer nada.
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