La mayoría de la gente, si les preguntas, te dirá que son responsables de su propia vida (entendiendo como responsables que asumen las consecuencias de sus actos). Sin embargo, sus acciones dicen lo contrario. ¿Por qué?
Somos expertos en engañarnos a nosotros mismos. Creemos que tomamos el control de nuestras acciones, pero a la hora de la verdad no es así. En general, confiamos en otra persona o grupo de personas para que se responsabilicen por nosotros y así echar la culpa a otros agentes. No pasa nada si esto es en áreas sin importancia, pero sí en otras que son vitales para nosotros. Los dos ejemplos más evidentes son la salud y las finanzas, aunque hay muchos más.
Aunque pueda parecer algo inocente, no lo es. En el momento que delegas en alguien que no eres tú un aspecto fundamental, estás perdiendo control. Si recuerdas el pensamiento estoico, una de sus características es centrarse en las cosas que están bajo tu control. Y digo, ¿no será mejor que estén bajo tu control las áreas más importantes de tu vida?
Salud
El más claro es la salud, delegada a los médicos. Si estoy “sano”, no me preocupo por nada que tenga que ver con esta área. Si en cambio se manifiesta una enfermedad acudiré corriendo al médico a que me de una pastilla para que me cure.
Por supuesto, los médicos son imprescindibles. Pero a veces, no son la mejor manera de cuidar nuestra salud. Igual que un entrenador personal no puede hacer sentadillas por ti, un médico puede decirte que comas saludable, pero no puede comer por ti ni prepararte la comida. Incluso a veces tendrás que elegir tú mismo qué es saludable y qué no.
Igualmente, no puedes creerte todos los mensajes que te mandan los fabricantes de comida. Que si estas galletas están recomendadas por no se qué asociación o este bollo no tiene aceite de palma son solo algunas de sus triquiñuelas para engañarte.
Si quieres tener una salud de hierro, debes tomar el control. Informarte sobre la mejor manera de alimentarse. Hacer deporte y moverse regularmente. Entender que las grandes causas de muerte en países desarrollados son prevenibles.
En 20 años, ¿en qué estado se encontrará tu cuerpo? Depende de ti.
Dinero
Entender cómo funciona el mundo del dinero también es esencial para navegar en la vida. Por suerte o por desgracia, es algo que siempre va a estar ahí, así que lo mejor es saber manejarlo.
Esto implica, sobre todo dos cosas. Por un lado, intentar que en la medida de lo posible tus ingresos dependan de ti. Para esto, lo mejor que puedes hacer si trabajas para otra persona es encontrar otras fuentes de ingreso.
Por otro, hay que saber invertir. Si metes tus ahorros donde te dice el empleado del banco, luego no te quejes si no se comportan como deberían. En el momento que haces lo que te dicen sin pensar, pierdes el control. Ahora, cualquier cosa que ocurra va a ser tu culpa, pues tú has delegado el poder, pero no vas a poder hacer mucho para remediarlo.
Al igual que antes, no significa que no puedas pedir consejo. Infórmate, pregunta a todo el que haga falta, pero la decisión final tiene que ser tuya.
Responsabilidad extrema
También podemos llevar nuestra responsabilidad al extremo. Esta idea la oí en el podcast de Tim Ferris, cuando entrevistó a Jocko Willink, un Navy Seal retirado.
Contaba la historia de cómo una vez, en Afganistán, siendo él el comandante, hubo un malentendido y se enfrentaron con soldados aliados. En la reunión que hubo después para analizar qué había ido mal, Jocko se levantó y asumió toda la culpa. Todos se quedaron mudos, sorprendidos por asumir toda la culpa. Podría haber dicho que fue por mala comunicación, tal o cual soldado que empezó a disparar, u otro motivo. Y todas estas razones eran válidas. Pero no hizo eso. Él era el comandante, y por tanto era su culpa. Y punto.
Esta idea la llama Extreme Ownership (responsabilidad extrema) y aunque es… extrema, resulta interesante tenerla en mente. Consiste en asumir responsabilidad por todo lo que te pasa, incluso si a primera vista es imposible que sea tu culpa.
Por ejemplo, imagina que sales de casa y te cae un chaparrón que te empapa hasta los huesos. En vez de quejarse y maldecir, aplicando esta idea, pensarías que ha sido tu culpa. Sí, no es tu culpa que llueva, pero podías por ejemplo haber mirado el tiempo, cogido un paraguas o quedado en casa. Todo depende del punto de vista.
Es un marco/ modelo interesante para navegar en la vida. Aunque a veces no sea un modelo 100% cercano a la realidad, sí nos va a dar beneficios tenerlo. En muchas ocasiones de las que otra manera no tendríamos poder para decidir, con esta manera de pensar encontramos formas.
Con esto también nos acercamos más a otro de los puntos de la filosofía estoica: preocuparse solo por las cosas que están dentro de nuestro control.
Si son elementos importantes en nuestra vida, como en la mayoría de los casos, con esto conseguimos ampliar nuestro círculo de control a más momentos. ¿No es esta la manera perfecta de conseguir cosas que nos importan?
Conclusiones
Tenemos tendencia a echar balones fuera, decir fue su culpa o yo no sabía nada. Lo que propongo es justo lo contrario, asumir responsabilidad absoluta de nuestra vida. Además de que podrás influir en decisiones importantes, al final te sentirás mejor contigo mismo, sintiéndote en control de todo.
Pruébalo. Durante una semana observa todo lo que te ocurra y en vez de recurrir a tu instinto y decir que es culpa de otras personas o situaciones inesperadas, pregúntate: ¿de verdad no podía hacer nada para cambiar esta situación? Después analiza cómo te sientes.