Creo que tener un mínimo de disciplina es importante. A pesar de poder funcionar bien con sistemas, en ocasiones hay que hacer algo con pura fuerza de voluntad.
Últimamente, he notado que me cuesta mucho hacer cierto tipo de cosas. Por eso me he propuesto un reto: una semana de disciplina absoluta. Como es algo que creo que me va a costar, el experimento solo va a durar una semana. La idea es que al cabo de esa semana analice mi estado de ánimo y compruebe la teoría de que se vive mejor con disciplina, en línea con lo que sostiene el estoicismo.
¿Por qué un reto de una semana? Los retos temporales son una gran herramienta para conseguir algo. Se pueden usar para empezar a hacer ejercicio, cambiar tu manera de pensar o de actuar, crear o destruir hábitos. En vez de proponerse cambiar para siempre algún aspecto de nuestra vida de un día para otro (lo cual puede ser complicado o incluso imposible) te propones hacerlo temporalmente.
De esta manera cuando quieras escaquearte de lo que te has propuesto, puedes pensar “Esto es solo temporal, cuando acabe podré continuar siendo como antes”. La idea es que cuando acabe el experimento te des cuenta de que el cambio ha merecido la pena y te plantees hacerlo permanente, aunque de ninguna manera esto es necesario.
Como es algo que resulta difícil cuantificar, voy a concretar en qué tres cosas voy a enfocar mi disciplina para este reto:
- No perder el tiempo en Internet. Me he creado el hábito de que cuando algo es aburrido, complicado o no tengo nada que hacer, me pongo a navegar en Internet buscando entretenerme. Esta semana pienso vencerlo.
- Hábito de procrastinar. También he creado de procrastinar en cosas que ni siquiera son difíciles, como recoger mi habitación, además de otras que sí lo son como estudiar.
- Dormir a la hora. Me cuesta irme a dormir cuando debería para poder tener las horas óptimas de sueño. Esta semana intentaré corregirlo.
Estos son mis tres objetivos principales, pero podrá haber muchas más cosas a las que aplicaré esta disciplina. Si estoy en una situación que la requiera y me doy cuenta la pondré en marcha.
A continuación voy a relatar los resultado, y a continuación contaré que he aprendido con este experimento, por si puede ser útil a ti.
Resultados
Analizando al final de la semana los días, el primero fue excelente, en el que estudié sin distraerme y estuve centrado a lo largo del día. En consecuencia, al final de ese día me sentí satisfecho, con la sensación que se queda cuando haces un trabajo bien hecho.
Los demás días… regular. Me he distraído, no me concentraba y he procrastinado con frecuencia. En consecuencia no me he sentido demasiado bien conmigo mismo, perdiendo el tiempo y sintiéndome culpable. Es mucho más complicado de lo que pensaba mantener una disciplina de hierro. A pesar de que era solo una semana y me estaba forzando a actuar correctamente escribiendo sobre ello aquí, la disciplina no es sencilla. Como tantas otras cosas, el concepto en sí es simple (haz lo que tienes que hacer) pero no sencillo ejecutarlo.
Entonces… ¿ha sido un fracaso el experimento? En absoluto. Me ha servido para conocerme mejor y aprender algunas cosas.
¿Qué he aprendido?
Algunas lecciones interesantes. Para empezar, si quiero acostumbrarme a ser disciplinado, tengo que hacerlo poco a poco, no de golpe. Por ejemplo, empezar por una hora al día siendo disciplinado y después ir aumentando progresivamente. Esto ya lo pensé antes de empezar el experimento pero como iba a ser solo una semana creí que podría pasarlo por alto. Como he comprobado no ha sido así.
Otro de los errores por los que creo que he fracasado ha sido carecer de un objetivo. No es suficiente con que el objetivo fuera la propia disciplina en sí, tendría que haber elegido algo que me motivara. Por ejemplo, aprender X cosa o usar la disciplina para levantarme a las 6 a.m. por las mañanas. Quizás así habría podido pensar que estaba haciéndolo por una razón, no ser disciplinado per se.
También me he dado cuenta de que debería haber usado herramientas para motivarme, como las que cuenta este libro. Que quiera ser disciplinado no tiene por qué impedir que me motive.
Además de todos estas lecciones, también me he percatado de que confío más en los sistemas que en la disciplina. Por ello tengo que aprender a potenciarlos más.
Aún así, creo que tengo que aprender a ser disciplinado. Lo ideal sería usar todas las herramientas a mi alcance para conseguir lo que me proponga, y para eso necesito encontrar las sinergias que existen entre disciplina/ hábitos/ sistemas/ motivación. No puedo limitarme a usar solo una de estas cosas.
Conclusiones
Como he dicho, el experimento no ha salido como planeaba, pero no por eso ha sido un fracaso. He aprendido más cosas de mi mismo que sin duda me servirán para el futuro.
Me ha gustado también la idea de los retos por una semana, probablemente haga más en el futuro. Eso sí, tendré que diseñarlos mejor para que no me pase lo de esta. Documentaré todo el proceso aquí para darme cuenta de mis fallos y mis aciertos.