Seguro que has oído alguna vez la frase de “el X% de los ricos tienen Y% riqueza mundial”. O que la solución para muchos problemas es que el gobierno fabrique más dinero. Implícitas en ella vienen algunas suposiciones del todo incorrectas.
La principal es confundir los términos de riqueza y dinero, que son algo muy distinto. Entender la diferencia es uno de los principios más importantes para conseguir dinero.
Dinero no es riqueza
Si quieres crear riqueza, será útil entender qué es. Riqueza no es lo mismo que dinero. La riqueza es tan antigua como la historia de la humanidad. Mucho más antigua, en realidad; las hormigas tienen riqueza. El dinero es una invención moderna.
La riqueza engloba todo aquello que queremos: comida, ropa, casas, coches, móviles, viajes, etc. Puedes tener riqueza sin tener dinero. Si tuvieras una máquina mágica que pudiera crear un coche o cocinar la cena o hacer la colada, o hacer cualquier cosa que quisieras, no necesitarías dinero. Mientras que si estuvieras en la Antártida, donde no hay nada para comprar, no importaría cuánto dinero tuvieras.
Riqueza es lo que quieres, no dinero. Pero si la riqueza es lo importante, ¿por qué todo el mundo habla de conseguir dinero? Es un atajo: el dinero es una manera de mover riqueza, y en la práctica normalmente son intercambiables. Pero no son lo mismo, y a menos que planees hacerte rico falsificando billetes, hablar de ganar dinero complica que entiendas cómo ganar dinero.
El dinero se creó a causa de la especialización. En una sociedad especializada, la mayoría de las cosas que necesitas no puedes hacerlas por ti mismo. Si quieres una patata o un lápiz o un lugar para vivir, tienes que obtenerlo de otra persona.
¿Cómo logras que la persona que cultiva patatas te de alguna? Se las cambias por algo que él quiera. Pero no puedes llegar muy lejos haciendo trueque directamente. Si tú fabricas violines, y ninguno de los granjeros locales quiere uno, ¿cómo conseguirás comida?
La solución que las sociedades han encontrado, a medida que se han hecho más especializadas, es hacer trueque en dos pasos. En vez de cambiar directamente violines por patatas, cambias violines por plata (por ejemplo), que puedes a su vez cambiar por cualquier cosa que necesites. El objeto intermedio (hoy en día, euros) puede ser cualquier cosa que sea rara y portátil. Históricamente los metales han cumplido esa función, pero hoy en día tenemos los dólares, pesos o euros.
La ventaja de un medio de intercambio es que hace funcionar el comercio. La desventaja es que oscurece lo que significa realmente el comercio. La gente cree que lo que hace un negocio es hacer dinero. Pero en realidad, lo que hacen la mayoría de negocios es crear riqueza. Hacen algo que la gente quiere.
Esta cita es una traducción de una parte del excelente artículo de Paul Graham “How to create wealth” .
Recapitulando: riqueza son las cosas que queremos, y dinero es una invención moderna creada a causa de la especialización. Durante toda la historia de la humanidad, hemos estado creando más y más riqueza, lo que ha permitido que vivamos infinitamente mejor que nuestros antepasados.
Pero la riqueza también ha sido destruida. Cuando hay una guerra, por ejemplo, se destruye muchísima riqueza… pero el dinero no desaparece.
Por suerte, a pesar de que hemos destruido mucha riqueza a lo largo de la historia, los humanos han creado mucho más.
Esta diferencia puede ayudar a comprender algunos conceptos muy interesantes. Por ejemplo, la causa de la inflación.
La solución no es imprimir billetes
Cuando era pequeño y leía que el Gobierno no tenía dinero para pagar X, pensaba: ¿por qué no fabrican más dinero?
Al fin y al cabo, son ellos los que tienen el control de la máquina, ¿no? Pueden crear más dinero y usarlo para pagar todo. El problema de este pensamiento es, una vez más, pensar que dinero y riqueza son lo mismo.
Si imprimes dinero estás aumentando el dinero en circulación, pero no la cantidad de riqueza en un país. Las consecuencias ya las conocemos: inflación.
Es como si midieras una baldosa con una regla, y llegas a la conclusión de que la baldosa mide 25 rayitas. Si hace más rayitas a la regla, puedes lograr que la baldosa mida 50 rayitas, pero no conseguirás que la baldosa se haga más grande. Cada rayita tendrá menos longitud.
Entender la distinción entre dinero y riqueza también nos permite comprender la falacia del pastel.
La falacia del pastel
Mucha gente aún sigue creyendo en la falacia del pastel. ¿En qué consiste? Consiste en creer que el hecho de que algunas personas tengan mucho dinero implica que otros tienen menos. Una vez más, la razón por la que creer esto es por no entender la riqueza es diferente al dinero.
Según esta teoría, toda la riqueza del mundo forma parte de un pastel. Cada humano tiene una parte de ese pastel. Por tanto, si una persona tiene un trozo muy grande, es decir, tiene mucho dinero, implica que otra persona va a ver reducido su trozo, y por tanto va a tener menos por su culpa.
Pero este razonamiento tiene un enorme fallo. ¡Olvida que podemos hacer el pastel más grande!
La base de nuestro sistema económico es que para obtener dinero debes crear riqueza. El dinero que obtengas a cambio no es más que la recompensa que te da la sociedad por haber creado riqueza.
Cuando creas riqueza, haces el pastel más grande. Obtienes dinero, sí, pero a cambio el mundo se beneficia de más riqueza. Veámoslo con varios ejemplos.
El primero, el más típico, es tener un trabajo formando parte de una empresa. Lo que hacen la gran mayoría de empresas es crear riqueza. Al tener un trabajo, colaboras en mayor o menor medida en esta creación de riqueza, y obtienes dinero a cambio.
Por supuesto, no todos los diferentes trabajos te pagan igual. La causa es que no todos crean la misma cantidad de riqueza. Un conserje creará menos riqueza que un chef con tres estrellas Michelin.
Otro ejemplo. Imagina dos artesanos que fabrican sillas. El primero hace 5 y el segundo sólo hace 1. Podemos suponer que el primero va a tener más dinero. ¿Es esto malo? No.
Cada uno vende la riqueza que ha creado. El que ha hecho 5 sillas tiene más dinero, pero esto no implica que el que ha hecho 1 tenga menos. Simplemente ha creado menos riqueza, y por tanto ha obtenido menos dinero.
Por último, imagina una escritora. Escribe un libro y empieza a vender copias. De repente, su libro se convierte en un éxito mundial y millones de personas lo compran. ¿Es esto malo? ¿Perjudica a alguien que tantas personas deseen darle su dinero para poder leer su libro?
Visto de esta manera, es evidente que no es malo que esta escritora se haga rica. No está quitando nada a nadie, al contrario, ha creado algo que muchas personas quieren y están dispuestas a pagar por ello.
Este es precisamente el caso de J.K. Rowling. Su saga «Harry Potter» ha vendido más de 500 millones de libros y en consecuencia ella tiene cientos de millones de libras en el banco. ¿Alguien puede decir que está quitando algo a alguien acumulando tanto dinero después de haber creado tanta riqueza?
El problema es que el mundo no es perfecto. Por eso, hay otras manera de acumular dinero que no benefician a la sociedad creando riqueza. Son los juegos de cero suma.
El imperfecto mundo real
Crear riqueza no es la única manera de obtener dinero. También puedes quitárselo a otros. Por ejemplo, un ganador de lotería no crea ninguna riqueza a la sociedad, sino que su dinero proviene de otros. Igual que un jugador de póker. Para que uno gane, otro tiene que perder.
Es lo que se conoce como juegos de cero suma. Si yo escribo un libro y te lo vendo, tú vas a estar encantado de darme tu dinero a cambio del libro, porque es algo que quieres. Los dos salimos beneficiados de la transacción.
En cambio, si jugamos al póker la única manera de que yo gane dinero es quitándotelo a ti, y tú vas a querer hacer lo mismo. No se ha creado ningún valor.
De hecho durante la mayor parte de la Historia quien era rico no lo era por haber creado riqueza. Cito otra vez a Paul Graham.
Crear riqueza no es la única manera de hacerse rico. Durante la mayor parte de la historia ni siquiera ha sido la más común. Hasta unos siglos atrás, las principales fuentes de riqueza eran minas, esclavos, tierras y ganado, y la única manera de adquirir estos rápidamente era mediante herencia, matrimonio, conquista o confiscación. Naturalmente la riqueza tenía mala reputación.
Quizás por esto ser rico tiene tanta mala fama hoy en día. A las personas con dinero a menudo se las ve como egoístas, que han acaparado dinero quitándoselo a otros. Pero en la mayoría de los casos no es así.
Para obtener dinero debes crear riqueza en el mundo. Cuanta más riqueza creas, más dinero obtienes a cambio.
¿Es justo?
El problema de esta idea: no todo el mundo es capaz de producir la misma cantidad de riqueza, y en consecuencia, unos tendrán más dinero que otros.
También se producirán situaciones en las que aquel que tenga dinero podrá usarlo para obtener ventajas, incluso puede que para aumentar su riqueza se aproveche o abuse de otros.
Algunas de estas situaciones son inevitables. El sistema no es perfecto. Pero en general funciona bastante bien, y es lo que ha hecho posible que hayamos alcanzado todas las comodidades de las que disfrutamos hoy en día.
Y, como tantas otras cosas, resulta inútil preguntarse si es justo o no. La realidad es la que es. Lo mejor es aceptarla e intentar aprovecharla al máximo.